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miércoles, 24 de septiembre de 2014

NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED



Hoy es el día de NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED: La Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes es una advocación mariana venerada por los católicos de la Bienaventurada Virgen María. Es equivalente también el nombre de Virgen de la Misericordia.

El origen de su devoción en España proviene de Cataluña, aunque ya está extendida por prácticamente todo el mundo, siendo patrona de Barcelona, de la República Dominicana y del ejército argentino. Por la parte que a mí me toca, diré que también es patrona de Corcubión, un precioso pueblo gallego en la provincia de A Coruña.

La advocación mariana de Nuestra Señora de la Merced se originó en España en el siglo XII. La Virgen se les apareció a tres hombres por separado la noche del 1 al 2 de agosto de 1218: Jaime I de Aragón, Pedro Nolasco y Raimundo de Peñafort, para pedirles que trabajaran para la salvación de los cristianos prisioneros de los moros. Así fue como decidieron, fundar una orden a la que llamaron los mercedarios, en honor a su merced, la Virgen María Madre de Dios, para la redención de los cautivos. De la mano de Pedro Nolasco se hizo formal el trabajo que él y sus compañeros ya estaban haciendo liberando y redimiendo esclavos. La espiritualidad de los mercedarios se fundamenta en Jesús, el liberador de la humanidad y en la Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora, por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora. Con ese título se la presentaban también a los esclavos, porque la Virgen de La Merced, les manifestaba su misericordia para atenderlos y liberarlos. 

"Merced" o "Merdeces" viene de misericordia... así que no dudéis en poner en sus manos vuestras dudas y penas, que serán atendidas.



ORACIÓN

Madre de la Merced, danos un corazón... que salte de alegría, que sepa compartir, que goce con los que gozan, que sufra con los que sufren, que entienda de audacia para “dar” con nuevos camin os, que sea experto en humanidad, que se prolongue hacia los últimos, que anuncie a Jesús de Nazaret, que esté a favor de los cautivos, que critique las injusticias, que se deje inflamar por el Espíritu, que tenga entrañas de misericordia, que escuche los problemas de las personas oprimidas y tenga un trato exquisito con ellas, que mire al interior del ser humano, que logre curar sus propias heridas, que sepa trabajar en grupo, que tenga detalles pequeños para hacerse grande, que sea libre para liberar. Madre, dánoslo para construir una sociedad más liberadora.

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