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jueves, 12 de marzo de 2015

CONVERSACIÓN CON JESÚS: "¿QUIÉN ES DIOS Y QUIENES SOMOS NOSOTROS?"





- El Jefe, como tú lo llamas, y muy acertadamente, por cierto, no tiene un cuerpo físico y material... Pero es una persona. Es un Ab-bá, en el sentido literal de la expresión. Él es el principio, el generador, la fuente, el que sostiene la Creación... Podéis imaginarlo como queráis. Podéis definirlo como gustéis. Y yo os digo que siempre os quedaréis cortos...


-¿Una persona? -intervine-. No entiendo... Una persona sin cuerpo... El Maestro parecía estar esperando aquella duda.


-Es lógico que te lo preguntes. Mis pequeñas y humildes criaturas del tiempo y del espacio, las más limitadas, tienen dificultad para imaginar una personalidad que carezca de soporte físico visible. Pero yo te digo que la personalidad, incluso en vuestro caso, es independiente de la materia donde habita. Más adelante, cuando sigáis ascendiendo hacia el Padre, tu personalidad, Jasón, continuará viva. Más viva que nunca, a pesar de haber perdido el cuerpo que ahora tienes. Serán tu mente y espíritu quienes forjarán y sujetarán esa personalidad. Así, de hecho, ocurre ahora mismo.



Sonrió levemente y nos hizo otra revelación.


-Es pronto para que lo entendáis con plenitud, pero en verdad os digo que la personalidad humana no es otra cosa que la sombra del Padre, proyectada en los universos. El problema, insisto, está en vuestra finitud. Estudiando esa «sombra» jamás llegaréis a descubrir al «propietario» y causante de la misma.


Quedamos en silencio, pensativos. Tenía razón. Si alguien pretendiera estudiar a un ser humano a través de su sombra, sencillamente, perdería el tiempo...


-Pero no os desaniméis. Todo en su momento. Llegará el día en que estaréis en la presencia de Ab-bá. Entonces, sólo entonces, empezaréis a comprender y a comprenderle. Si Él careciese de esa personalidad, el gran objetivo de todos los seres vivientes sería estéril. Es su personalidad, a pesar de la infinitud, lo que hace el «milagro»...


Y recalcó, deseoso de que entendiéramos.


-Al igual que un padre y un hijo se aman y comprenden, así sucede con el gran Padre y todos sus hijos... Él es persona. Vosotros sois personas. Pero, como os digo, dejad que se cumplan los designios de Ab-bá...


"Caballo de Troya 9" J.J. Benítez

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